La oruga que se negaba a ser mariposa
Es difícil describir la metamorfosis que vengo atravesando. Mi vida ha sido como el ciclo de una mariposa. De niña era una oruga feliz, una hermosa larva creciendo y descubriendo el mundo, y de pronto, me fui dando cuenta de que mis emociones me abrumaban, que las cosas cotidianas me afectaban de una manera mucho más profunda que al resto. Como es natural, a mi corta edad, no tenía herramientas para gestionar “esas emociones” de la mejor forma. No era muy sociable, le tenía miedo a todo, los cambios inesperados me alteraban, en fin, muchas preguntas rondaban por mi cabeza. ¿Por qué mis amigas no se agobiaban como yo?, ¿Por qué la época de exámenes era para mí un sufrimiento intenso lleno de estrés?, ¿Qué me hacía pensar tanto hasta llegar a saturarme?, ¿Por qué estallaba en llanto cuando mi emoción era de felicidad?, ¿Por qué me abrumaba entre tanta gente?, me sentía incomprendida todo el tiempo y me encerraba en mi mundo mágico para evitar el contacto co...