Escribir es mantener controlado el recuerdo – Herta Müller.


Me quedé pensando en ciertas cosas de mi vida que me sucedieron aquel fatídico fin de semana, en donde hice de todo sin acordarme de nada. Me quedé experimentando ese sabor amargo que me dejó en el cuerpo durante los días siguientes. Me quedé queriendo huir de los pensamientos que se atiborraban en mi mente sin control. Me quedé queriendo ignorar todas las voces que me llenaban el alma de dudas e inseguridades. Y me quedé intentando, porque no pude lograrlo. No pude aplacar las voces, no pude ignorar las sensaciones, no pude huir de las consecuencias, no pude callar a mi conciencia.

Cuando llegas a un punto en que haces cosas que nunca hubieras hecho y dices cosas que nunca hubieras dicho, es momento de un cambio. Cuando llegas al punto de sabotear tu propia vida sin control alguno, es momento de cambiar de sendero y mirar hacia otro lado. Cuando llegas a un punto crítico, es momento de tomar decisiones críticas.

Y es que definitivamente no era yo aquella noche. Era otra persona actuando mi vida. Era una mala imitación de mí. Era una copia borrosa de algo no definido. Era un fantasma del pasado queriendo volver. Era una insania de la vida. Era todo menos yo.

Así que hoy vuelvo a tomar la vida en mis manos.
Hoy vuelvo a ser yo.
Hoy vuelvo a ser todo lo cruel y despiadada que he sido.
Hoy vuelvo a ser todo lo buena y tierna que soy.
Hoy vuelvo a ser yo.
Hoy vuelvo a la vida, de un fin de semana de tinieblas.
Hoy veo la luz.
Hoy me miro al espejo y no me culpo.
Hoy me veo como soy.
Hoy soy yo y no aquella.
Hoy vuelvo a ser yo.

Porque podemos equivocarnos, claro que sí, pero lo insano es perseverar en el error.

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